Voz Poética 1. Aurelio Arturo
canto II. Morada al Sur.
Y aquí principia, en este torso de árbol,
en este umbral pulido por tantos pasos muertos,
la casa grande entre sus frescos ramos.
En sus rincones ángeles de sombra y de secreto.
En esas cámaras yo vi la faz de la luz pura.
Pero cuando las sombras las poblaban de musgos,
allí, mimosa y cauta, ponía entre mis manos,
sus lunas más hermosas la noche de las fábulas.
Entre años, entre árboles, circuida
por un vuelo de pájaros, guirnalda cuidadosa,
casa grande, blanco muro, piedra y ricas
maderas,
a la orilla de este verde tumbo, de este oleaje
poderoso.
En el umbral de roble demoraba,
hacía ya mucho tiempo, mucho tiempo marchito,
el alto grupo de hombres entre sombras oblicuas,
demoraba entre el humo lento alumbrado de
remembranzas:
Oh voces manchadas del tenaz paisaje, llenas
del ruido de tan hermosos caballos que galopan
bajo asombrosas ramas.
Yo subí a las montañas, también hechas de
sueños,
yo ascendí, yo subí a las montañas donde un
grito
persiste entre las alas de palomas salvajes.
Te hablo de días circuidos por los más finos
árboles:
te hablo de las vastas noches alumbradas
por una estrella de menta que enciende toda
sangre:
te hablo de la sangre que canta como una gota
solitaria
que cae eternamente en la sombra, encendida:
te hablo de un bosque extasiado que existe
sólo para el oído, y que en el fondo de las
noches pulsa
violas, arpas, laúdes y lluvias sempiternas.
Te hablo también: entre maderas, entre resinas,
entre millares de hojas inquietas, de una sola
hoja:
pequeña mancha verde, de lozanía, de gracia,
hoja sola en que vibran los vientos que
corrieron
por los bellos países donde el verde es de todos
los colores,
los vientos que cantaron por los países de
Colombia.
Te hablo de noches dulces, junto a los
manantiales, junto a cielos
que tiemblan temerosos entre alas azules:
te hablo de una voz que me es brisa constante,
en mi canción moviendo toda palabra mía,
como ese aliento que toda hoja mueve en el sur,
tan dulcemente,
toda hoja, noche y día, suavemente en el sur.
Voz
Ancestral 1. Origen del Universo
En el principio sólo existía Bague, la
Madre Abuela.
Bague gritó y aparecieron los dioses,
Luego los dioses llenaron una olla con
semillas y piedras,
tomaron las migajas que habían quedado
en la olla
y las lanzaron muy lejos,
y así nacieron las estrellas y la
tierra.
Pero todo estaba quieto, nada se movía.
Entonces la Madre Abuela preparó una bebida
para que los dioses durmieran y comenzaran a ver en sus sueños como todo se
movía.
Cuando los dioses despertaron, Xuè (la luz) se
esparció por el universo, y entonces todo tuvo movimiento.
I.
LA LUZ(FUEGO)
Voz
ancestral 2. El Fuego
Luego el dios Chiminigagua, creó todas
las otras cosas que hay en el mundo, y entre todas, las más hermosas fue Hunza
el Sol
Pero viendo que Hunza no era suficiente
para alumbrar la noche,
subió Chía al cielo y se hizo Luna.
Voz Técnica 1. Ecología
del Fuego
La ecología del
Fuego, como parte de la ciencia ecología, se encarga del estudio del efecto de
este elemento en los distintos componentes de los ecosistemas y las
interrelaciones que en éstos tienen los seres vivos, entre sí y su ambiente
físico.
El fuego como
disturbio natural en nuestro planeta siempre se ha manifestado y ha tenido una
influencia en la sucesión ecológica, deteniéndola, ciclándola, retrocediéndola
y/o promoviéndola. Algunos ecosistemas necesitan el fuego y éste genera una
diversidad de hábitat y mosaicos en la vegetación que favorece a muchas
especies. En estos ecosistemas las especies tienen adaptaciones al elemento
fuego, sin él los ecosistemas cambian y las especies adaptadas se pierden, es
decir, necesitan un régimen de fuego apropiado.
Voz Poética
2. El Fuego
“Lugares diversos cubiertos por su luz y su calor.
Con diferentes nombres ha sido la manifestación de Poder y Superioridad
de ser humano; intimidando el medio ambiente… de donde proviene y que sin
percato alguno, abrigó en su momento el humano brindando nuevas posibilidades
de encuentro con los recursos naturales”.
Voz Técnica 2 . El Fuego
Sus llamas y
calor se usan en la transformación y producción de objetos y materiales que
convertimos cotidianamente en nuestro propio veneno, inyectado poco a poco en
los diferente poros de nuestro cuerpo; cada vez más enfermedades, más
epidemias, más síndromes. ¿Hasta cuándo
vamos a permitirnos escuchar el lenguaje de la Tierra?
II.
EL AIRE
Voz
ancestral 3.AIRE (Fiba)
Luego Chiminigagua creó unas aves negras
y grandes, a las cuales mandó que tuviesen vida y fuesen por todo el mundo
esparciendo el aliento de Fiba y semillas por los picos. Y el aire que echaban
era lúcido y resplandeciente.
Voz Técnica
3. El Aire
El aire, mensajero lucido resplandeciente y transparente,
hoy es una niebla toxica asfixiado por la polución producida por los compuestos
químicos de las fábricas, las emisiones de los autos, la gran cantidad de
basura que se produce a diario y la utilización de aerosoles y riegos químicos
hacen que respirar cada día cueste más, nos estamos enfermando y atentando
contra la vida del planeta.
Voz Poética
2 .El aire
Los vientos recorrían la montaña y la sabana
de Bogotá. Desde el páramo bajaba raudo esparciendo dulces aromas de las flores
frescas, de los bosques de niebla, de brevas, uchuvas, moras. El viento puro
llenaba los pulmones de nuestro ancestro y le daba la fuerza suficiente para
mantenerse en pie y dominar los cerros orientales.
“Transporta
el soplo de vida. La aves lo vuelven su
corredor, por donde danzan y transitan… libres, poderosas, dueñas por
naturaleza propia. Desde donde pueden observarnos atentas, para darnos su mensaje.
Estas crean su lenguaje que escuchamos pero no comprendemos. Las hemos silenciado”.
Voz técnica 4. El Aire.
Hoy los vientos llevan consigo desechos de asbesto, monóxido de carbono,
derivados del petróleo, el sonido apacible y virtuoso de los pajaritos no se
escuchan por el ruido de la industria,
los pitos de carros, los motores.
El aire tiene varios
colores, medio azul en las mañanas y luego hasta que acaba la tarde se torna
gris, en algunos sitios de la ciudad es ocre.
La PTAR del Salitre
deteriora la calidad del aire al calentar en tanques los detritos de los
ciudadanos, los vientos arrastran lentamente este almizcle dañando los pulmones
de las gentes aledañas. El relleno “Doña Juana”, las zonas industriales, la
troncal caracas, ponen en evidencia la miopía de recientes gobiernos de la ciudad .El Aire del Colegio Sierra Morena
en Ciudad Bolívar promete ser bueno. Se deja oler. Por lo general es fresco, se
siente limpio, no huele mal… aun.[1]
Voz
ancestral 4 .El lenguaje del Amor. Origen de la humanidad
●
De la unión entre el padre Sol y las
fértiles lagunas de Hicha (la tierra), salió una buena mujer llamada
Bachué(Furachogua), quien traía consigo a un niño de la mano, de unos tres
años, y bajaron juntos desde la sierra hasta la sabana, donde hicieron una casa
en la que vivieron hasta que el muchacho tuvo edad de desposar a Bachué.
●
Tuvieron luego muchos hijos porque
Bachué era tan fértil que muy pronto se llenó la Tierra de gente.
●
Bachué y su esposo viajaron por muchos
lugares, dejando hijos en todas partes, hasta que después de muchos años,
llamaron a muchos de sus descendientes para que los acompañasen de regreso a la
laguna de Iguaque de la que habían salido.
●
Cuando estuvieron junto a la laguna,
Bachué les habló a todos, exhortándoles a la paz, a vivir en armonía entre
ellos y con la madre Hicha. Luego se despidieron convirtiéndose ella y su
compañero en dos grandes culebras que se metieron en las aguas de la laguna
para nunca más volver.
EL LENGUAJE DEL AGUA
Voz
ancestral 5. El agua
El
agua es cultura, tiene memoria, en ella encontramos los fundamentos de la vida,
las relaciones, cuidados, mantenimiento apropiados. En ella subyace su carácter
sagrado, que proporciona modelos y enseñanzas que guían la conducta humana,
confiere sentido y valor a la existencia y propicia una relación más armónica
con el universo.
Diego
Arango[2]
Voz poética
3. El agua
Hoy
quisiera mostrarte[3]
En dónde
nace la quebrada
Porque
aun en esta ciudad tan grande
¿Sabías
que nace todavía el agua?
Si, claro
El agua
nace chiquita
Como
todas las cosas vivas
Y luego
se va haciendo grande
Tan
grande que ya no la puedes abrazar.
Nace
precisamente aquí
bien
cerquita de tu escuela
y te
escucha cada mañana
Las
tablas de multiplicar
Si la
escuchas con atención
Oirás que
susurra tu nombre
Oirás que
se ríe contigo
Oirás que
es como un niño pequeño
Confiado
en un buen destino.
Estas
gotas que has visto caer
desde las
nubes cercanas
aunque no
lo puedas creer
llegan
volando hasta el mar
¿Has
visto alguna vez el mar?
(Digo, no el de la televisión)
aquel que
es grande y temible
grande
como el horizonte
profundo
como el verdadero amor.
Y desde
allá tan lejos
se
devuelve otra vez hasta aquí
para
mojarte los pies
para
jugar contigo en el baño
para
darte de beber
para
meterse en tu cuerpo
para que
nunca la olvides.
para
acompañarte siempre.
Voz Técnica
4. El agua
Nuestra fuente vida que se agota con el
uso irresponsable, es el elemento que prima en nuestra vida y lo utilizamos
para que cada mañana nuestras plantas sacien su sed. Nuestro planeta es un ser
vivo y está conformado en un gran porcentaje por agua.[4]
Bogotá ha sido por miles de años una
región regida principalmente por el agua. Siendo un lago por cerca de tres
millones de años durante parte del Plioceno y casi todo el Pleistoceno; una
región donde abundaban aún más que ahora los humedales y los ríos, que fue el
territorio y diosa-madre de los muiscas y que desde la llegada de los españoles
ha sido sometida a una acelerada desecación, canalización de sus cursos y
transgresión de todas sus aguas con contaminantes de diversas fuentes.
Pero a pesar de la fuerte alteración de
este elemento durante el curso de ecología nos fue posible volver a escucharlo,
a recorrerla a través de sus cuatro cuencas y sentir la magia que aún la
habita; así como, por supuesto, observamos sus heridas que para todos son tan
evidentes.
Voz poética 4.
El Agua.
“Es el barro
en los zapatos quien nos muestra los caminos de donde la encontramos, líquido
preciado que permite el fluir de la evolución humana. Inunda nuestro cuerpo.
”En nuestra
ciudad a través de los humedales, restaura el medio ambiente convirtiéndose en
el filtro que purifica y alimenta el cuerpo madre; calle arriba calle
abajo, nos recorre de extremo a extremo
sin ser percibido, ofreciendo a su paso la oportunidad de retirar de tu lado,
lo que no quieres, lo que no te sirve, lo que desechas.
Hemos normalizado esta actividad. Sin importar
que se enferme, que cada vez más este disminuida y decadente, que quieran
ocultarlo y cambiarle su vestido.
Siempre está allí. Dispuesto a servirnos y ofrecernos lo mejor de sí.
EL LENGUAJE DE LA TIERRA
Voz ancestral 6. La tierra, madre de los seres
vivos, quien nos provee de todos los recursos desde el alimento, el abrigo y el
techo; pide a gritos que actuemos y que no seamos indiferentes a su dolor. La
tierra madre soporte nuestro, otorga el alimento a los seres vivos, pero no es
inagotable y sus recursos son finitos, así como sensibles a la contaminación y
la destrucción.
Se está muriendo de
sed, se agota el líquido precioso, su piel reseca por la erosión de su suelo a
causa del mal manejo propio de la cultura consumista, por la indiscriminada
tala de sus bosques, los químicos utilizados y el calentamiento global, hacen
que cada vez estemos más lejos de lo que disfrutaron y cuidaron nuestros
ancestros.
Voz Poética
5. La Tierra
“Cuerpo
inefable, en el cual reposan sobre sus hombros, entramados de barrios que
subsisten desde sus diferentes posibilidades; forman localidades enteras. Son los cerros orientales de Bogotá…, contra los cuales se atenta día a día:
se talan, se queman, se edifican, se urbanizan, se perforan,
se dinamitan, se explotan; para conseguir suplir los deseos y ambiciones humanas”.
Voz Técnica 5
Este cuerpo
madre fecundado, es compuesto por un suelo y un subsuelo que ofrece infinidad
de recursos. Hay diferentes percepciones
para asumirlo, unos lo han usado como opción de vida y otros como opción de
capital para hacerse a una vida, cubierto por una tela asfáltica, la sociedad ha sido indiferente a los
desaciertos resultantes en su relación con élla.
Voz Técnica 6.
La historia reciente nos cuenta que la
localidad de Ciudad Bolívar ha sido una de las zonas de la capital con más
afectaciones en su territorio. Ha sido expoliada, invadida, fragmentada y
finalmente marginada. Sus recursos minerales se han extraído sin ningún control
para la industria de la construcción, cementeras, ladrilleras y las
urbanizaciones sin planeación ni control alguno han cambiado radicalmente su
aspecto.
Voz
ancestral 7:
En la época de nuestros abuelos muiscas
que quien cometía alguna falta grave era condenado a habitar las montañas de
ciudad bolívar, entre más alto se le enviaba más duro era su castigo. ¿Qué
castigo merecerían los causantes de tan grande mal?
Voz Técnica 7.
La tierra se nutre a sí misma. Tierra nueva
●
La descomposición controlada de la
materia orgánica de origen vegetal (compostaje)
es la transformación de algunos residuos domésticos (cascaras de frutas del
refrigerio y residuos de poda) en una tierra rica en nutrientes, controlando el
agua (humedad) es necesaria para que se den los procesos metabólicos que
permiten a las comunidades de microrganismos transformar la materia orgánica;
es de vital importancia en el desarrollo de una sociedad más eficiente en el
manejo de sus recursos.
Voz Técnica 8.
El aire aporta el oxígeno necesario para que el proceso sea
aeróbico y por lo tanto nuestra composta no se llene de olores pútridos propios
de los procesos biológicos carentes de oxígeno. Además, los olores los usamos
como rudimentario instrumento de medición de las concentraciones de las
comunidades de microorganismos e invertebrados y los diferentes compuestos
químicos presentes. [5]
Voz Ancestral 8. La tierra
La tierra es nuestro hogar… por
eso desde los niños y niñas de primera Infancia se construyen espacios y proyectos que favorecen las
relaciones y cuidado de los elementos que la conforman como el agua, el aire y
por su puesto la biodiversidad en fauna y flora, con sentido de respeto,
cuidado y protección.[6]
Voz Poética 6. Jardines Verticales[7]
Muros
Fríos, tristes, duros e implacables
Contienen
murmullos, alegría y libertad
El
verde que inundaba las sabanas
se
ha mudado a las paredes del invierno gris
y
se ha tomado con alegría las plazas,
las
esquinas, los salones y los patios de cemento duro.
Hiedras
trepadoras, vivaces, suculentas, pequeñas y poderosas
Plantas
ornamentales para enamorados
Ahora
la escuela se viste de color
aromáticas
que endulzan el aire y refrescan el paisaje
Con
sus colores inundan de alegría cada uno de los rincones olvidados
El
verde esperanza nos confirma que el mundo puede ser mejor
Voz poética
7. LENGUAJE DEL AMOR
La resonancia de ese pálpito llegó a los
estudiantes y compañeros, ahora cómo nuestra historia familiar se construye un
árbol genealógico, una historia en cada planta, un muro lleno de historias, de
vidas que se conectan con nuestro territorio muisca, una memoria que rescata
con amor sentimientos que permiten conservar desde el colegio el verde de la
montaña[1] .
“Tengo
muchas flores hermosas- decía, pero los niños son las flores más bellas. -Desde
ahora, este es vuestro jardín, queridos niños- dijo el gigante, y cogiendo una
gran hacha derribó el muro. Y cuando al mediodía pasó la gente, yendo al
mercado, encontraron al gigante jugando con los niños en el más hermoso de los
jardines que jamás habían visto.”
El Gigante Egoísta. Oscar Wilde.
Voz. Poética
6.
Todas las acciones que adelantamos en
los colegios en los que trabajamos, los intereses de vivir en un mejor ambiente
que comparte este grupo tan heterogéneo y hermoso, son el quinto elemento que
condensa, fusiona y echa a andar el pensamiento ecológico, el pensamiento
verde, que se comunica con los elementos a través del lenguaje del amor.
●
Todos los docentes
ecologistas somos expresión de amor por la naturaleza, al respetar desde la cotidianidad de nuestras
casas y colegios, lo que los elementos nos dicen, solo así nuestros estudiantes
la incorporarán y la llevarán a sus contextos. Ese lenguaje se refleja en sus
caras de ternura y felicidad que dicen: “Queremos un mejor planeta donde
podamos vivir, reír, jugar, soñar”
Voz poética
8. Lenguaje del Amor.[8]
Explorar la montaña significa
el encuentro con la esencia, con la estética, con el alma, con la armonía y espíritu.
Ese verde inunda los filamentos rojos que componen cada pequeña
parte de nuestro cuerpo haciendo que el Territorio no solo sea el espacio que
habito, sino cada parte de cuerpo invadida por sensaciones, emociones y
percepciones que me invaden cada vez que tomo aliento para seguir viviendo.
Se extienden en la memoria, mil recuerdos de diferentes
formas de llevar a hogar toda la arquitectura del paisaje, colmando la mente de
tranquilidad, paciencia, calma, serenidad, sosiego, de manera que por el camino
de los derechos del medio ambiente pueda
construir nuevos espacios en territorios resignificados.
Paz-ando al quehacer pedagógico puedo en-rumbar todas las visiones para que la escuela proyecte esta experiencia turbadora del
espíritu para aportar y enriquecer los ecosistemas que milenariamente se han
mantenido en una Ciudad como Bogotá, donde más del 75% de su espacio está clasificado
como rural.
ANEXOS
EL OGRO DEL AGUA
Amilkar Brunal
http://cuentamecuentos.livejournal.com/
http://groups.google.com.co/group/cuentos-para-escolares
(Inspirado en los cerros de san
Cristóbal Norte. Bogotá ,2004)
Tendré que contarte pequeño
Que en este mundo tan grande
Existen cuatro gigantes
Que se han adueñado de todo
El ogro enrazado con oso
Aquel con pico y con alas
El monstruo de doce cabezas
Y el que se tomó toda el agua.
Pero ese gigante temible
Solo sabe decir esto es mío
Mi bosque
Mi tierra
Mis montañas
Mi agua
Mi aire
Mi suelo...
Encerró a los bosques antiguos
Con alambre de púas y perros
Y los niños de tu escuela
Ya no pueden elevar allí sus
sueños
A los árboles que allí vivían
Los desterró con amenazas
Para poder rápidamente
Construir muebles y casas
Hoy quisiera mostrarte
En dónde nace la quebrada
Porque aun en esta
ciudad tan grande
¿Sabías que nace todavía el
agua?
Si, claro
El agua nace chiquita
Como todas las cosas vivas
Y luego se va haciendo grande
Tan grande que ya no la puedes
abrazar.
Nace precisamente aquí
bien cerquita de tu escuela
y te escucha cada mañana
Las tablas de multiplicar
Si la escuchas con atención
Oirás que susurra tu nombre
Oirás que se ríe contigo
Oirás que es como un niño pequeño
Confiado en un buen destino.
Estas gotas que has visto caer
Desde las nubes cercanas
Aunque no lo puedas creer
Llegan volando hasta el mar
¿Has visto alguna vez el mar?
(Digo, no el de la televisión)
Aquel que es grande y profundo
Grande como el horizonte
Profundo como el verdadero amor.
Y desde allá tan lejos
Se devuelve otra vez hasta aquí
Para mojarte los pies
Para jugar contigo en el baño
Para darte de beber
Para meterse en tu cuerpo
Para que nunca la olvides.
Para acompañarte siempre.
Es un gigante temible
Lanza toda su basura al río
Ahoga las aguas con lejía
Y toda clase de desperdicios
Tiene una vaca muy grande
Que se come la montaña
Y tumba el monte nativo
Para sembrar maíz
y papa
No se da cuenta el muy pobre
Que en un día no muy lejano
Ni con todo el oro del mundo
Se podrá comprar el agua.
http://groups.google.com.co/group/cuentos-para-escolares/
APORTE CHARLA TED
La tierra es nuestro hogar… por
eso desde los niños y niñas de primera Infancia del colegio Costa Rica se
lideran espacios y proyectos que favorecen las relaciones y cuidado de los
elementos que la conforman como el agua, el aire y por su puesto la
biodiversidad en fauna y flora, con sentido de respeto, cuidado y protección.
Luz
Mary Gaitán J
Colegio
Costa Rica
Docente
MORADA AL SUR
En las noches mestizas que subían de la hierba,
jóvenes caballos, sombras curvas, brillantes,
estremecían la tierra con su casco de bronce.
Negras estrellas sonreían en la sombra con
dientes de oro.
Después, de entre grandes hojas, salía lento el
mundo.
La ancha tierra siempre cubierta con pieles de
soles.
(Reyes habían ardido, reinas blancas, blandas,
sepultadas dentro de árboles gemían aún en la
espesura).
Miraba el paisaje, sus ojos verdes, cándidos.
Una vaca sola, llena de grandes manchas,
revolcada en la noche de luna, cuando la luna
sesga,
es como el pájaro toche en la rama,
"llamita", "manzana de miel".
El agua límpida, de vastos cielos, doméstica se
arrulla.
Pero ya en la represa, salta la bella fuerza,
con majestad de vacada que rebasa los pastales.
Y un ala verde, tímida, levanta toda la llanura.
El viento viene, viene vestido de follajes,
y se detiene y duda ante las puertas grandes,
abiertas a las salas, a los patios, las trojes.
Y se duerme en el viejo portal donde el silencio
es un maduro gajo de fragantes nostalgias.
Al mediodía la luz fluye de esa naranja,
en el centro del patio que barrieron los
criados.
(El más viejo de ellos en el suelo sentado,
su sueño, mosca zumbante sobre su frente lenta).
No todo era rudeza, un áureo hilo de ensueño
se enredaba a la pulpa de mis encantamientos.
Y si al norte el viejo bosque tiene un tic-tac
profundo,
al sur el cuervo viento trae franjas de aroma.
(Yo miro las montañas. Sobre los largos muslos
de la nodriza, el sueño me alarga los cabellos).
-II-
Y aquí principia, en este torso de árbol,
en este umbral pulido por tantos pasos muertos,
la casa grande entre sus frescos ramos.
En sus rincones ángeles de sombra y de secreto.
En esas cámaras yo vi la faz de la luz pura.
Pero cuando las sombras las poblaban de musgos,
allí, mimosa y cauta, ponía entre mis manos,
sus lunas más hermosas la noche de las fábulas.
Entre años, entre árboles, circuida
por un vuelo de pájaros, guirnalda cuidadosa,
casa grande, blanco muro, piedra y ricas
maderas,
a la orilla de este verde tumbo, de este oleaje
poderoso.
En el umbral de roble demoraba,
hacía ya mucho tiempo, mucho tiempo marchito,
el alto grupo de hombres entre sombras oblicuas,
demoraba entre el humo lento alumbrado de remembranzas:
Oh voces manchadas del tenaz paisaje, llenas
del ruido de tan hermosos caballos que galopan
bajo asombrosas ramas.
Yo subí a las montañas, también hechas de
sueños,
yo ascendí, yo subí a las montañas donde un
grito
persiste entre las alas de palomas salvajes.
Te hablo de días circuidos por los más finos
árboles:
te hablo de las vastas noches alumbradas
por una estrella de menta que enciende toda
sangre:
te hablo de la sangre que canta como una gota
solitaria
que cae eternamente en la sombra, encendida:
te hablo de un bosque extasiado que existe
sólo para el oído, y que en el fondo de las
noches pulsa
violas, arpas, laúdes y lluvias sempiternas.
Te hablo también: entre maderas, entre resinas,
entre millares de hojas inquietas, de una sola hoja:
pequeña mancha verde, de lozanía, de gracia,
hoja sola en que vibran los vientos que
corrieron
por los bellos países donde el verde es de todos
los colores,
los vientos que cantaron por los países de
Colombia.
Te hablo de noches dulces, junto a los
manantiales, junto a cielos
que tiemblan temerosos entre alas azules:
te hablo de una voz que me es brisa constante,
en mi canción moviendo toda palabra mía,
como ese aliento que toda hoja mueve en el sur,
tan dulcemente,
toda hoja, noche y día, suavemente en el sur.
-III-
En el umbral de roble demoraba,
hacia ya mucho tiempo, mucho tiempo marchito,
un viento ya sin fuerza, un viento remansado
que repetía una yerba antigua, hasta el
cansancio.
Y yo volvía, volvía por los largos recintos
que tardara quince años en recorrer, volvía.
Y hacia la mitad de mi canto me detuve
temblando,
temblando temeroso, con un pie en una cámara
hechizada, y el otro a la orilla del valle
donde hierve la noche estrellada, la noche
que arde vorazmente en una llama tácita.
Y a la mitad del camino de mi canto temblando
me detuve, y no tiembla entre sus alas rotas,
con tanta angustia, una ave que agoniza, cual
pudo,
mi corazón luchando entre cielos atroces.
-IV-
Duerme ahora en la cámara de la lanza rota en
las batallas.
Manos de cera vuelan sobre tu frente donde
murmuran
las abejas doradas de la fiebre, duerme.
El río sube por los arbustos, por las lianas, se
acerca,
y su voz es tan vasta y su voz es tan llena.
Y le dices, repites: ¿Eres mi padre? Llenas el
mundo
de tu aliento saludable, llenas la atmósfera.
-Soy el profundo río de los mantos suntuosos.
Duerme quince años fulgentes, la noche ya ha
cosido
suavemente tus párpados, como dos hojas más, a
su follaje negro.
No eran jardines, no eran atmósferas delirantes.
Tú te acuerdas de
esa tierra protegida por una ala perpetua de palomas.
Tantas, tantas mujeres bellas, fuertes, no, no
eran
brisas visibles, no eran aromas palpables, la
luz que venía
con tan cambiantes trajes, entre linos, entre
rosas ardientes.
¿Era tu dulce tierra cantando, tu carne
milagrosa, tu sangre?
*
Todos los cedros callan, todos los robles
callan.
Y junto al árbol rojo donde el cielo se posa,
hay un caballo negro con soles en las ancas,
y en cuyo ojo líquido habita una centella.
Hay un caballo, el mío, y oigo una voz que dice:
"Es el potro más bello en tierras de tu
padre".
En el umbral gastado persiste un viento fiel,
repitiendo una sílaba que brilla por instantes.
Una hoja fina aún lleva su delgada frescura
de un extremo a otro extremo del año.
"Torna, torna a esta tierra donde es dulce
la vida".
-V-
He escrito un viento, un soplo vivo
del viento entre fragancias, entre hierbas
mágicas; he narrado
el viento; sólo un poco de viento.
Noche, sombra hasta el fin, entre las secas
ramas, entre follajes, nidos rotos -entre años-
rebrillaban las lunas de cáscara de huevo,
las grandes lunas llenas del silencio y del
espanto.
Aurelio Arturo http://www.revistaarcadia.com/impresa/especial-arcadia-100/articulo/morada-al-sur-aurelio-arturo/35034
ANTES de
la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija,
Párpado del barro trémulo,
forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban escritas.
Nadie
pudo recordarlas después:
el viento las olvidó, el
idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.
No se
perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.
Yo
estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.
Yo,
incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
Quién me espera?
Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.
Tierra mía sin nombre, sin
América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.
AMOR
AMÉRICA (1400). Pablo Neruda[9]
[1] Jorge Leal
[2]El agua en la cultura muisca (1° parte)
http://huitacaagua.blogspot.com.co/2009/08/el-agua-en-la-cultura-muisca_26.html
[3] El Ogro del Agua. Amilkar Brunal. http://groups.google.com.co/group/cuentos-para-escolares.(Inspirado en los cerros de san Cristóbal Norte. Bogotá
(2004)
[4] La Ecología se vive en nuestro lenguaje: leer,
escribir y aprender. Colegio Miguel Antonio
Caro I.E.D.
[5] Támara.
[6] Luz Mary Gaitán Colegio Costa Rica
[7] Constanza
Olaya Rondón, Eduardo Chinome Vega
[8] POETICA DE LA ECOLOGIA. Martha Patricia Montero Corredor
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