jueves, 12 de septiembre de 2019

la Historia de Sinapsis (Sept/2019)


                          Sinapsis surge como una propuesta para el fortalecimiento de la inclusión social y académica en el año 2014 en la Institución Educativa Distrital Agustín Fernández ubicada en la Localidad 1 de Usaquén en la ciudad de Bogotá, gran parte de la población la conforman estudiantes que pertenecen a estratos 1 y 2, con alto grado de problemáticas de vulnerabilidad familiar, socio-económica y de violencia doméstica, en algunos casos estudiantes en situación de desplazamiento.
                            Al iniciar el 2014 inicia un proceso de autoreflexión a partir de la caracterización de los estudiantes que fueron asignados para este año y de la práctica pedagógica que se desarrollaba en ese momento.
Es así como en el grado 401 se encontraban un grupo muy particular de estudiantes donde se pudo reconocer que los estudiantes eran un ejemplo perfecto de la diversidad que hay en la sociedad, no era un grupo homogéneo al que debía darle todo por igual sino un grupo heterogéneo con diversidad de raza, género, culturas, estilos y maneras de aprender, algunos en situaciones de abandono funcional en casa, otros con diagnósticos de: “Trastorno de Déficit Atencional , (TDA), bajo rendimiento escolar y los casos especiales de convivencia  bastante notorios en el aula asociados con familias vinculadas al microtráfico, pandillismo, maltrato físico, violencia intrafamiliar lo que hacía que fueran rotulados dentro del grupo de maestros de la jornada.
                             Sería un gran reto hacer que los estudiantes en estas condiciones fueran superando sus dificultades y lo más importante que lograra evidenciar en ellos la importancia del respeto por las diferencias culturales, sociales, individuales en busca del fortalecimiento de la democracia en el aula para así lograr una convivencia no sólo pacífica, sino creativa dentro y fuera de ella ya que los conflictos eran constantes. El mayor desafío estaba en lograr captar la atención de los estudiantes con alternativas que promovieran la motivación, interés y agrado por aprender; sobretodo que el aula se convirtiera en ese lugar donde todos pudiéramos aprender, sin discriminaciones y con un alto grado de respeto y tolerancia hacia los demás.
                            Es así como se inicia un proceso de autoreflexión sobre la manera como enseñaba para lo cual se pudo identificar que con la manera de enseñar casi siempre era expositiva, lo cual no lograba la participación de todos los estudiantes, se podía percibir el esfuerzo que hacían algunos de ellos por lograr comprender la temática propuesta.  Por ejemplo, en matemáticas, la facilidad con la cual algunos niños aprendían con la forma de enseñar, en contraposición a la dificultad de aquellos que con uno y otro ejercicio no lograban obtener desempeños favorables acordes a los objetivos propuestos atendiendo a las competencias básicas propuestas en el plan de estudios tales como: realizar los ejercicios de suma, resta, multiplicación, en forma correcta, plantear y resolver problemas matemáticos. En el desarrollo de habilidades comunicativas en lo referente a los relatos se evidenció que su producción textual carecía de párrafos debidamente estructurados, se les dificultaba la escritura espontánea y la comprensión de lectura en el nivel literal no estaba debidamente estructurada. Y finalmente en los estudiantes con hiperactividad el estilo de enseñanza expositiva se convirtió en una barrera porque se mostraban apáticos a las actividades y por ende favorecía para que su desempeño convivencial no fuera adecuado.
                            Fue así, como se repensó en el  quehacer pedagógico y lograr redescubrir que los estudiantes no debían adaptarse a la forma de enseñar impartida por su maestra, por el contrario se debía buscar la manera de fortalecer una educación inclusiva que respondiera a la diversidad de todos los estudiantes con y sin discapacidad o dificultades, favoreciendo un entorno escolar en los que todos aprendan juntos, que se valoren unos a otros, que logren solucionar conflictos y llegar acuerdos sin recurrir a la violencia, que pudieran desarrollar habilidades sociales como la empatía, la asertividad, la alteridad encaminados a hacer del aula un territorio de paz.
                            Pero, ¿cómo era la forma de enseñar?, ¿cómo favorecer una educación inclusiva reconociendo la diversidad en el aula?, ¿cuál era la mejor estrategia para enseñar y que todos aprendieran?, ¿cómo abordar los ritmos individuales de aprendizaje y lograr apoyar su aprendizaje?, ¿cómo fortalecer las prácticas inclusivas a través de los estilos de aprendizaje?, esta fue la clave para que surgiera la propuesta que en compañía del orientador escolar Ps. Amilkar Brunal y las maestras Katia Conrado, Myriam Molina se empezó a tejer y luego de múltiples y diversas reflexiones pedagógicas, se dio forma a esta gran aventura de rediseñar nuestra práctica y lograr que otros maestros se contagiaran de nuevos ambientes y escenarios de aprendizaje con una mirada inclusiva.
La propuesta se aborda desde una perspectiva del pensamiento crítico a través de la siguiente rutina de aprendizaje: cuestionar, investigar, articular y escribir.
Las cuales se abordan desde la “lectura de contenidos” en las que se tiene en cuenta las cuatro áreas fundamentales: (Matemáticas, Lenguajes, C. naturales y C. sociales.), así mismo se desarrollan las temáticas con actividades que responden a los estilos de aprendizaje.

¿Y cómo lo hacemos?
                            La distribución en el aula busca romper con los esquemas tradicionales en cuanto que el reconocimiento de la diversidad implica no solo un cambio en el cómo enseñar sino también en la ubicación de los estudiantes dentro del aula. Es por ello, que en la aplicación de esta estrategia se hacen grupos de base colaborativos a partir de los estilos de aprendizajes establecidos en la propuesta OLER (Oyentes, Lectores, Escritores, Relatores/Dibujantes).

La propuesta se desarrolla en tres fases: aprender sintiendo, aprender investigando y aprender aplicando. En cada una de las fases se busca que el estudiante logre hacer conexiones entre la temática propuesta y las cuatro áreas fundamentales (Lenguaje, Matemáticas, Ciencias Naturales y Sociales). Para el desarrollo de la propuesta se establecen equipos de trabajo bajo la metodología del aprendizaje colaborativo y se desarrollan unidades didácticas determinadas por una temática de noticia o un tema en particular. 
Cada unidad didáctica está conformada por actividades que favorecen los distintos estilos de aprendizaje OLER (Oyentes, Lectores, Escritores, Relatores/Dibujantes), al tiempo que busca lograr que los estudiantes establezcan conexiones entre las ideas previas, sus experiencias y la temática planteada. Al finalizar cada unidad los estudiantes realizan relatos que dan cuenta de su comprensión oral y escrita basada en las experiencias vividas en cada unidad

                            La implementación de esta estrategia busca abordar de manera transversal las temáticas y no de manera lineal como lo propone el plan de estudios; así mismo, ajustar las temáticas del periodo de manera trasversal y no lineal como lo propone el plan de estudios. La propuesta se ha ido enriqueciendo año y tras año con base a los replanteamientos realizados producto de las autoevaluaciones y reflexiones pedagógicas hemos denominamos “SINAPSIS”, Método Pedagógico.
SINAPSIS, es una propuesta pedagógica pensada en la transformación de prácticas educativas desde el reconocimiento de la diversidad que hay en el aula, buscando el fortalecimiento de ambientes de aprendizaje que promuevan la participación de todos los estudiantes en un entorno sin discriminaciones, rechazos, y en el cuál se puedan interactuar de manera respetuosa y pacífica.

No ha sido un camino fácil, sin embargo, la propuesta busca trascender a toda la comunidad con el fin de lograr transformaciones a nivel de prácticas y concepciones en cuanto a la enseñanza buscando lograr la interdisciplinariedad, y ante todo reconocer que hay otras formas de apoyar el aprendizaje de los estudiantes, sus logros y su participación teniendo la oportunidad de aprender todos juntos.


Siempre soñamos con el día en que pudiéramos hacer de nuestra práctica pedagógica un ambiente que garantizara la participación de todos nuestros estudiantes; con y sin discapacidad o dificultades, con y sin problemas de panfilismo, con y sin problemas de agresión o maltrato, con y sin problemas de desplazamiento, con y sin problemas de microtráfico, porque si es posible una educación con calidad e incluyente, pero sobre todo con “calidez”.

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