La
vida
La vida,
el bien supremo
Propósito
total en si misma
Siempre
vivimos en el conflicto entre Ser y NO ser (To be or not to be). Tener y No Tener,
Estar y No Estar.
Construirnos
a nosotros mismos en relación con los otros
Realizar
nuestra necesidad humana en armonía
Pero
cuando la vida se trunca de un momento a otro, cuando de manera prematura la
vida se nos escapa como el agua entre los dedos,
nos queda un sabor amargo por todo lo que pudo
haber sido y ya no será jamás.
La
boca se nos seca y un puñado de alfileres nos atasca la garganta.
Parece
que ya no nos queda nada más por decir.
Todas
las palabras se quedan cortas y cae nuestra cabeza acompañando el sollozo.
Pero
la vida no se detiene muy a pesar de lo que podamos pensar o sentir.
No
nos queda más que valorar lo vivido, poco o mucho, es tal vez el mayor acto de
gratitud al autor y consumador de la vida
La vida es tan hermosa como dura. Es una
carrera de resistencia, no de velocidad, para que podamos disfrutar el esfuerzo,
y la satisfacción que llega por naturaleza una vez se ha comprado el trayecto
propuesto y recorrido en medio del sudor y las lágrimas.
Tu
vida es más valiosa que las piedras preciosas más costosas del mundo.
Tan
frágil como el cristal más fino que se usa en ocasiones especiales que son
todos los días porque son únicos e irrepetibles como tú.
La
vida nunca podrá ser rígida y dura como el metal o la roca, porque ni el metal
ni la roca pueden tener la sensibilidad necearía para hacernos verdaderamente
humanos.
Pero
la fortaleza necesaria para vivir, solo se consigue pasando por la forja del
orfebre, que solo tiene sentido porque hay un después, porque hay un mañana que
tiene propósito cuando se vive con los otros y se sirve a los demás.
Cuando
disfrutas del aprendizaje cotidiano,
Cundo
te gozas de las riquezas producidas por d las diferencias de la diversidad
humana.
Cuando
te inventas y te construyes poco a poco, paso a paso, día a día.
A. Brunal
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