Muchos años antes de que Jesús naciera
(1040 A.C), un pequeño pastor de ovejas adolescente rubio, delgado y de atractiva apariencia, el menor de ocho hermanos se enfrentaba a los osos e inclusive a los leones con mucha
fe[1] en Dios[2],valentía[3], y mucha confianza en
sí mismo[4],
con tan solo una honda [5]y cinco piedras que escogía
cuidadosamente[6]
de la quebrada cercana en donde practicaba diariamente su puntería[7] contra los arboles
del bosque de Belén de Judá en el reino de Israel.
Mientras
tanto en el campo de batalla ,Un soldado gigante[8], precedido por su escudero para manifestar autoridad, se paseaba orgulloso y retador frente a las tropas
israelitas.
El más imponente y experimentado de
los soldados filisteos, enemigos del pueblo de Israel, protegido con un casco de bronce, una cota de malla sobre su pecho, protectores de
bronce para las piernas, portando al cinto una gran espada y una enorme lanza
sobre su hombro izquierdo, se burlaba del
ejercito del pueblo de Dios, porque ningún soldado israelita se atrevía a aceptar
el reto de combate que hizo cada mañana y cada tarde durante cuarenta días.
Al oír estas palabras el corazón del muchacho
se llenaba de indignación por la gran ofensa que representaban hacia el poder de
Dios.
Sorprendentemente, aquel joven pastor
después de mucha insistencia, pudo convencer al rey Saúl, de permitirle enfrentarse
a tan descomunal contendiente en nombre de las doce tribus de Israel.
Con las mismas armas con las que
enfrentaba a las fieras del bosque (pues no tenía suficiente fuerza ni estatura
para portar armadura alguna), se presentaría a tan memorable y desigual combate.
Seguramente conoces el final de esta historia. ¿Puedes relatarlo?
Tiempo después el profeta Samuel, encontró a David y lo ungió, convirtiéndolo en el futuro rey de Israel, pero aún era demasiado joven y pasarían años
antes de que pudiera gobernar.
Referencias
1
samuel 17 RVR1960 - David mata a Goliat -Los filisteos - Bible Gateway
David mata a
Goliat
17 Los filisteos juntaron sus
ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon
entre Soco y Azeca, en Efes-damim. 2 También
Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se
pusieron en orden de batalla contra los filisteos. 3 Y los filisteos estaban sobre un monte a un
lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos. 4 Salió entonces del campamento de los
filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis
codos y un palmo. 5 Y traía
un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de
la cota cinco mil siclos de bronce. 6 Sobre
sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. 7 El asta
de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza
seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él. 8 Y se paró y dio voces a los escuadrones de
Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo
el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un
hombre que venga contra mí. 9 Si
él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y
si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos
serviréis. 10 Y añadió el
filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que
pelee conmigo. 11 Oyendo
Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran
miedo.
12 Y David era hijo de aquel
hombre efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Isaí, el cual tenía ocho
hijos; y en el tiempo de Saúl este hombre era viejo y de gran edad entre los hombres. 13 Y los tres hijos mayores de Isaí habían
ido para seguir a Saúl a la guerra. Y los nombres de sus tres hijos que habían
ido a la guerra eran: Eliab el primogénito, el segundo Abinadab, y el tercero
Sama; 14 y David era el
menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl. 15 Pero
David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre
en Belén. 16 Venía, pues,
aquel filisteo por la mañana y por la tarde, y así lo hizo durante cuarenta
días.
17 Y dijo Isaí a David su hijo:
Toma ahora para tus hermanos un efa de este grano tostado, y estos diez panes,
y llévalo pronto al campamento a tus hermanos. 18 Y
estos diez quesos de leche los llevarás al jefe de los mil; y mira si tus
hermanos están buenos, y toma prendas de ellos.
19 Y Saúl y ellos y todos los
de Israel estaban en el valle de Ela, peleando contra los filisteos. 20 Se levantó, pues, David de mañana, y
dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le
había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de
batalla, y daba el grito de combate. 21 Y
se pusieron en orden de batalla Israel y los filisteos, ejército frente a
ejército. 22 Entonces David
dejó su carga en mano del que guardaba el bagaje, y corrió al ejército; y
cuando llegó, preguntó por sus hermanos, si estaban bien. 23 Mientras él hablaba con ellos, he aquí que
aquel paladín que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba
Goliat, el filisteo de Gat, salió de entre las filas de los filisteos y habló
las mismas palabras, y las oyó David.
24 Y todos los varones de
Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor. 25 Y cada uno de los de Israel decía: ¿No
habéis visto aquel hombre que ha salido? Él se adelanta para provocar a Israel.
Al que le venciere, el rey le enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su
hija, y eximirá de tributos a la casa de su padre en Israel. 26 Entonces habló David a los que estaban
junto a él, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere a este filisteo, y
quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este filisteo incircunciso, para
que provoque a los escuadrones del Dios viviente? 27 Y
el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que
le venciere.
28 Y oyéndole hablar Eliab su
hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo:
¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el
desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la
batalla has venido. 29 David respondió:
¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar? 30 Y
apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la
misma respuesta de antes.
31 Fueron oídas las palabras
que David había dicho, y las refirieron delante de Saúl; y él lo hizo venir. 32 Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón
de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. 33 Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra
aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de
guerra desde su juventud. 34 David
respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando
venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba
de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo
hería y lo mataba. 36 Fuese
león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como
uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de
las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano
de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo. 38 Y Saúl vistió a David con sus ropas, y
puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. 39 Y ciñó David su espada sobre sus vestidos,
y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no
puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas
cosas. 40 Y tomó su cayado
en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco
pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el
filisteo.
41 Y el filisteo venía andando
y acercándose a David, y su escudero delante de él. 42 Y cuando el filisteo miró y vio a David,
le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio, y de hermoso parecer. 43 Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro,
para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. 44 Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí,
y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. 45 Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes
a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de
los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. 46 Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo
te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a
las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay
Dios en Israel. 47 Y sabrá
toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de
Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.
48 Y aconteció que cuando el
filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio
prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. 49 Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó
de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y
la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.
50 Así venció David al filisteo
con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su
mano. 51 Entonces corrió
David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su
vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos
vieron a su paladín muerto, huyeron. 52 Levantándose
luego los de Israel y los de Judá, gritaron, y siguieron a los filisteos hasta
llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los
filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. 53 Y volvieron los hijos de Israel de seguir
tras los filisteos, y saquearon su campamento. 54 Y
David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él
las puso en su tienda.
55 Y cuando Saúl vio a David
que salía a encontrarse con el filisteo, dijo a Abner general del ejército:
Abner, ¿de quién es hijo ese joven? Y Abner respondió: 56 Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el
rey dijo: Pregunta de quién es hijo ese joven. 57 Y
cuando David volvía de matar al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó delante de
Saúl, teniendo David la cabeza del filisteo en su mano. 58 Y le dijo Saúl: Muchacho, ¿de quién eres
hijo? Y David respondió: Yo soy hijo de tu siervo Isaí de Belén.
[1] ¿Qué
significa para tener fe en Dios?
[2] ¿Quién es
Dios para ti?
[3] ¿Cómo se
demuestra la valentía?
[4] ¿Cómo se
desarrolla la confianza en uno mismo?
[5] ¿Cuáles son
tus armas para defenderte en la vida de hoy?
[6] ¿Por qué
David escogía las piedras que usaría?
[7] ¿Cómo te
imaginas que David ejercitaba su puntería?
[8] ¿Qué representan hoy en día los gigantes en tu vida?
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